martes, 27 de enero de 2015
jueves, 22 de enero de 2015
Ejercicios de Gimnasia literaria.
EJERCICIOS DE GIMNASIA LITERARIA
O cómo empezar el día con un poco de poesía.
PAPEL DE CEBOLLA
Completa los versos con lo primero que te venga a la cabeza (una frase, un palabra, una idea…) y consérvalo hasta recibir nuevas instrucciones. Selecciona bien las palabras, sé elegante, no hagas rimas fáciles (y mucho menos con cebolla). Gracias.
- La cebolla es una
- Con la cebolla yo
- La cebolla sabe a
- Un día probé la cebolla y _
- Si la cebolla tuviera alas yo
LA HIPÓTESIS FANTÁSTICA DE GIANNI RODARI
¿Qué pasaría si un hombre se despertase convertido en escarabajo?… que se lo pregunten a Kafka.
No hace falta que te extiendas tanto como él, pero, elige una de estas hipótesis y dale una breve respuesta: ¿Qué pasaría si…?
- En el pueblo desaparecieran todos los botones.
- Mañana comenzase a llover y el colegio se convirtiese en un barco.
- Si las paredes de tu casa pudieran hablar.
- La profe se transformase en cocodrilo.
Grandes autores se valieron de pequeñas estrategias… ¿quién sabe qué literatos están sentados en tu aula?... o en tu silla.
EL TIEMPO EN QUE LAS PALABRAS ERAN NUEVAS
Los refranes y las frases hechas, como toda la tradición oral, tienen un origen ¿de dónde saldrán éstas?
- Salir una cosa del corazón.
- Tener la mosca detrás de la oreja.
- Caérsele a uno la cara de vergüenza.
- Ir de culo.
- Matar la tarde.
- Más vale pájaro en mano…
Juega con su significado, inventa una nueva, dibuja un jeroglífico. O tomátelo al pie de la letra y escribe un relato llevándolo a las últimas consecuencias al estilo de Monterroso…
GREGUEREANDO
¿Recuerdas a Ramón Gómez de la Serna? (Greguerías, Clásicos Castalia 1994), preséntaselo a tu clase, no te llevará mucho tiempo… Una greguería al día es buena compañía:
El ombligo es para que le salga el agua al ahogado, pero nunca cumple su misión. El helicóptero es un sacacorchos que vuela
La zanahoria es el rabo alegre de la huerta.
Las narices son los enchufes de las personas.
La pandereta es la hija alegre que le salió al tambor. Las chispas son estornudos de Satanás.
La Y griega mayúscula es la copa de champaña del alfabeto.
La A es la carpa del alfabeto.
La palabra que da más frío es: témpano.
Leer a su lado, de Elvira Lindo
Leer. Leer sin ganas. Leer por aburrimiento. Leer para no hacer ruido. Leer para dejar que tu padre duerma la siesta. Leer porque no te dejan poner la tele. Leer porque ya nadie quiere contarte un cuento. Leer porque te han castigado sin salir. Leer porque estás en la cama con fiebre. Leer porque estás solo. Leer porque imitas a tus hermanos mayores. Leer porque lo hace tu madre. Leer libros para niños. Leer novelas que no te dejan leer. Leer hasta que te apagan la luz. Leer sin leer, pensando en otra cosa. Leer en la biblioteca. Leer todos los libros de la biblioteca infantil. Leer porque tu hermana lee en la cama de al lado. Leer libros de Tintín en casa de tu abuelo. Reír porque tu tía llora con una novela. Llorar porque te da pena el abominable hombre de las nieves. Leer y leer y leer cinco líneas sobre sexo. Leerlas y leerlas una vez más. Leer porque quieres estar solo. Leer porque te sientes solo. Leer porque te crees distinto. Leer para encontrar almas gemelas. Leer aquello que aún no has vivido. Leer para llenarte la cabeza de pájaros. Leer para presumir. Decir que has leído un libro que no has leído. Resumir libros en literatura que no has leído. Sacar buenas notas en literatura haciendo resúmenes de libros que no has terminado. Leer para imitar lo que que has leído. Leer para fardar. Leer para ligar. Leer para consolarte de un abandono. Leer por falta de planes. Leer por falta de amor. Leer porque se ha ido con otra. Leer para que no digan. Leer mientras esperas. Leer sentado en el wáter. Leer para dormirte. Leer para poder hablar con él. Leer el libro que él te recomendó. Leer para sorprenderle. Leer por puro gusto. Leer por vaguería. Leer porque no te gustan los deportes. Leer porque no tienes un duro. Leer para olvidar. Leer para recordar. Leer para aprender. Leer un coñazo impresionante. Leer un libro que no quieres que se acabe. Leer el libro de un amigo. Leer todos los libros de un hombre que te gusta. Leerle el pensamiento. Leer el libro que él está leyendo. Leer el libro que él querrá leer después. Leerle a tu hijo. Leerle hasta que se quede dormido. Leerle hasta que te quedas dormida. Leerle el Tintín que tú leíste. Leerle cuando se muere el Abominable Hombre de las Nieves. Leerle y consolarle luego su llanto inconsolable. Leerle para que aprenda a estar solo. Leerle para volver a vivir la infancia. Leerle por gusto. Ver cómo un hijo lee. Releer. Leer sólo lo que te gusta. Leer sólo aquello que te emocione. Leer por amor. Leer a su lado.
La cosa, de Juan José Millás
La cosa
De pequeño tuve una caja de zapatos que llegó a ser mi juguete preferido, entre otras cosas porque no tenía otro. Pero envejeció más deprisa que los zapatos que había llevado dentro, de manera que a mi caja se le cayó un día la primera a y se quedó en una cja, que así, a primera vista, parece un juguete yugoslavo. Busqué entre las herramientas de mi padre una a de repuesto, pero no había ninguna y tuve que sustituirla por una o. De este modo, sin transición, tuve que olvidar la caja para hacerme cargo de una coja, lo que es tan duro como pasar directamente de la niñez a los asuntos. Jugué mucho con aquella coja, todavía la recuerdo, pero se fue haciendo mayor también y un día se le cayó la jota. Hay quien piensa que las vocales se estropean antes que las consonantes, pero yo creo que vienen a durar más o menos lo mismo. El caso es que tampoco encontré entre los tornillos de mi padre una jota en buen uso, así que la sustituí por una pe que estaba prácticamente sin estrenar. La coloqué en el lugar de la jota y me salió una copa estupenda, con la que he bebido de todo hasta ayer mismo, que se me cayó al suelo y se rompió. A decir verdad, se rompió justamente por la pe, y como es muy antigua no he encontrado en ninguna ferretería una igual. Ayer fui a casa de mis padres, y después de mucho rebuscar en el trastero di con una ese que no desentona con el conjunto. O sea, que ahora tengo una cosa, pero no sé qué hacer con ella. La caja, lo coja y la copa eran muy útiles para guardar secretos, jugar o emborracharse. Pero la cosa me da miedo; además, la escondí en el bolsillo interior de la chaqueta, de manera que desde ayer tengo una cosa aquí, en el pecho, que me llena de angustia. Lo peor de todo es que, como no sé qué es, tampoco sé cómo se rompe. Qué vida, ¿no?
jueves, 15 de enero de 2015
jueves, 8 de enero de 2015
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